primera misa de d. mario gonzález en almería

Por motivos de cuarentenas muy alejadas de la Madre Encarnación, no pudimos contar con su presencia en esta celebración en la que conmemorábamos sus 25 años de servicio fiel en las Siervas del Evangelio, todos la echamos de menos.

Así pues, con todo el cariño, Almería y todos los miembros de Providentia que viven en otras diócesis Granada, Madrid y amigos de Córdoba y otros lugares celebramos la primera misa de D. Mario en nuestra soleada tierra, Almería.

En dicho acto, también conmemorábamos las Bodas de Plata de la hermana Dña. Encarnación Manzano Martínez.

Pudimos fotografiarnos con él antes de la Eucaristía, y todo se desarrolló con garantías gracias al trabajo de muchos miembros de Providentia que atendieron desde la liturgia y las acciones de gracias, hasta los obsequios o el protocolo Covid, el cual se desplegó en el acto tanto en la S.A.I. Catedral de Almería, como en el lugar del ágape.

La Eucaristía, verdadera acción de gracias, estuvo presidida por D. Mario González, al que arroparon y acompañaron un buen número de sacerdotes, D. Jesús Zapata, D. José María, D. Rubén, D. Francisco Parrilla y otros pastores, ya ancianos, en los que D. Mario tiene verdaderos ejemplos de vida dedicada al Señor.

Tras la celebración eucarística y las acciones de gracias, obsequios y emociones, pasamos a compartir la cena entorno a D. Mario, y donde también pudimos contar con la presencia de D. Rubén Ávila que quiso desplazarse desde la vecina Archidiócesis de Granada, donde estaba preparando el traslado desde Almuñécar a la Alpujarra y a la que volvería tras el postre.

Discursos, poesías y cantos alegraron una breve sobremesa de un día que quedará en el corazón de todos los que lo disfrutamos. Fue un día en el que el Señor estuvo grande con nosotros y la alegría tocaba el rostro de cada uno de nosotros a pesar de los distintos contratiempos que se suscitaban, el mayor de ellos: no poder contar con la presencia de muchos miembros que por prudencia y responsabilidad vieron en la tesitura no poder acercarse a esta celebración.