En la mañana del 23 de Enero ha tenido lugar el retiro de Enero en Providentia. Entre mascarillas, tomas de temperatura, geles y mucha distancia de seguridad, nos hemos reunido un grupo de miembros de la asociación a escuchar una aproximación leal, fiel y profunda a la figura de San José a través de la carta del Papa Francisco con motivo del año de San José: Patris Corde.
El retiro ha corrido a cargo de la Hermana Remei Misionera del Sagrado Corazón de Jesús y María acompañada por Elena que vive junto a ellas el discernimiento de su vocación, aunque “la preparación ha corrido a cargo de las cuatro hermanas” que hay destinadas en Almería.
Como hemos dicho, nos hemos aproximado a la figura de San José que no deja indiferente a nadie. Una figura oculta, de la que el Evangelio no recoge una sola palabra, pero fundamental en la economía de la Encarnación y por tanto de la Redención.
Una figura que ,cuando se le acerca un poco la luz de la fe, la inspiración del Espíritu Santo se revela impresionante: sus virtudes, tantas veces leídas de corrido, saltan más claras, precisas y profundas.
Entre ellas la idea de la sombra del padre, ese padre terrenal que enseñó a Jesús a decir “Abba” (papá), ese tercer miembro de la familia de Nazaret: el menos nombrado, el menos considerado, pero pieza necesaria y fundamental para nuestra Salvación. Y ese padre que cuidó a Jesús, cuida ahora a la Iglesia y a todo aquél que lo invoca. En este año de pandemia y sufrimiento descubramos en San José un hombre de fe impresionante, de oración profunda y de esperanza inquebrantable, que puso caridad en cada acción de su vida, y aún la sigue poniendo.
Más tarde ante el Santísimo expuesto, hemos tenido un rato de oración personal con los textos evangélicos que mencionan a S. José, aderezados con la oración comunitaria y los cantos propuestos para la meditación.
Ha sido una gran ocasión para acercándonos a S. José cumplir una de las condiciones para ganar la indulgencia en este año de San José: meditar al menos media hora sobre el Santo Patriarca. Ahora solo quedan las condiciones tradicionales de confesión sacramental, comunión eucarística y rezo por las intenciones del Santo Padre.
Tenemos aún año jubilar para seguir descubriendo a San José que, aunque muy popular entre nosotros, sigue siendo un gran desconocido.