Estaba prevista la visita de Cardenal arzobispo Emérito de Madrid D. Antonio María Rouco Varela, pero por cautela ante la pandemia se prefirió cancelar la visita, aunque la invitación queda hecha para, si fuese posible, retomarla en un futuro.
Tomó el relevo, el recién nombrado obispo coadjutor de Almería, D. Antonio Gómez Cantero que nos ha venido acompañando en todos los momentos de este triduo en los que ha podido ver el cariño de los almerienses y la acogida que esta provincia le está brindando.
Los días anteriores ocupó un discreto lugar en los acontecimientos que protagonizaron el Cardenal Omella, el día 16 y el nuncio de su Santidad el 17, pero ayer tomó el lugar de primer espada y supo hacer cercano el mensaje de Dios para todos los que le escucharon.
Pasadas las 12:30 de la mañana tuvo lugar el único acto programado para este día, la inauguración del monumento a San José que la Diputación había colocado en la rotonda de acceso a la Universidad de Almería. San José trabajador humilde y cumplidor puede iluminar la sabiduría que allí se comparte, porque el progreso tiene que compaginar ambas: inteligencia y trabajo.
Un acto sencillo pero cargado de emoción tanto para el presidente de la diputación D. Javier Aureliano García, que presidía el acto, como para el resto de los diputados y autoridades que allí se encontraban. Una vez más la sociedad civil y la Iglesia abriendo puentes de encuentro y colaboración para atender a todos en este tiempo tan duro debido a la pandemia.
Por la tarde, de nuevo el obispo coadjutor, D. Antonio, presidía la eucaristía, acompañado por el titular de la diócesis D. Adolfo González Montes, en la que siguió profundizando en la figura del Santo Patriarca que debe iluminarnos en este tiempo de pandemia y al que podemos acudir ante nuestras dificultades, aquél que enseñó a Jesús el camino del Padre y en el que los ojos humanos de Jesús intuyeron la figura del Padre, son el camino que ha propuesto nuestro Papa Francisco para este año tan especial.